Originaria de la India, el vetiver es una planta no invasiva cuyas raíces pueden crecer hasta 9 metros de largo. Sus características son ideales para el tratamiento de aguas de residuales debido a su tolerancia a condiciones adversas. También es capaz de eliminar del agua residual, los distintos agentes que en ella existen.
Es por eso que el proyecto AGuatemala emplea el Vetiver como agente biológico y lo combina en un peculiar diseño de filtros permeables hechos a base de concreto.
Además del tratamiento de aguas residuales, el proyecto también puede contribuir con las comunidades para que adopten un modelo de negocio al aprovechar los subproductos del saneamiento para el autoconsumo.
Recientemente se llevó a cabo el seminario web Aguatemala: Incorporando la economía circular para el saneamiento de aguas residuales. Durante la exposición, Juan Ramón Aguilar, gerente de gestión ambiental de Cementos Progreso, expresó que el objetivo es aprovechar al máximo las bondades del vetiver.
Por ejemplo, las municipalidades obtendrían el saneamiento de aguas residuales y los subproductos como agua tratada, lodos y biomasa, pueden ser aprovechados por los vecinos en el riego de cultivos.
Con las hojas del vetiver se pueden fabricar briquetas que pueden ser empleadas como fuente renovable de energía comunitaria o industrial. Con ello se reduciría considerablemente la presión a los ecosistemas forestales.
Por si eso fuera poco, las hojas también son resistentes y moldeables, lo que las hace ideales para el trabajo de mueblería, artesanías y productos decorativos con calidad de exportación. Para ello también se desarrolló el proyecto Artesan, del cual se desprende un catálogo que sirve como guía para elaborar las artesanías.