
“Los cimientos de una empresa no son los recursos ni el capital de una empresa. Son los valores”. Con estas poderosas palabras, Tommy Dougherty inicia su intervención en esta charla y explica que cualidades hacen a una empresa grande o pequeña.
Y es que el presidente de la junta directiva de Progreso, tiene más de 32 años de entender y construir la marca Progreso. “Hay que destruir los mitos. Progreso no nació como una empresa grande. En sus orígenes fue una Pyme y su fundador quebró dos veces antes de obtener algún redito, tuvieron que pasar 17 años para que eso fuera una realidad”.
Consciente de que una cultura organizacional fuerte hace a las empresas eficientes, asegura que el servicio, la eficiencia en los procesos y sobre todo la búsqueda constante del bienestar, tanto para los colaboradores como para los clientes es una fórmula ganadora para ser una empresa reconocida y responsable.
Los errores son necesarios para entender, aprender y comprender nuevos caminos. Tommy sabe perfectamente que las grandes empresas también los comenten, y lejos de provocar frustración deben ser momentos disruptivos para crecer.
“La consideración humana es fundamental para hacer de los errores una fuente de aprendizaje. Hay que entender que no vamos a tener resultados distintos haciendo lo mismo. Es en este momento cuando los errores se convierten en un verdadero parteaguas en nuestras vidas y en las vidas de las empresas”.
Y es que al final de cuentas, él sabe que lo único constante en la vida es el cambio y las personas que no se adaptan difícilmente pueden sobrevivir en un mundo donde todos los días existen innovaciones de todo tipo y en todos los campos.
“Es importante que los emprendedores y empresarios, tengan paciencia pero aprendan de sus errores. A veces las cosas no llegan cuando más las deseamos pero sin lugar a dudas, la persistencia es necesaria para lograr los sueños”.