Revista Granito de Arena

Con acciones solidarias construimos juntos el país donde queremos vivir

Convencidos de ser agentes de cambio, los estudiantes activos y ex participantes de los cursos libres de la Fundación Carlos F. Novella sede San Juan Sacatepéquez, certificados por CEMUCAF, decidieron vivir el valor de la solidaridad y aportaron al bienestar de 15 familias en situación de vulnerabilidad.

“Solidaridad en Acción”, fue el nombre que los jóvenes decidieron colocar a su voluntariado de ayuda humanitaria para llevar bienestar y alegría a estas familias de nueve comunidades de San Juan Sacatepéquez, Guatemala.

Un total de 239 voluntarios sumaron esfuerzos para organizar y las tareas para lograr su objetivo. Irene García, coordinadora de Capacitaciones Técnicas de Fundación Carlos F. Novella sede San Juan, compartió el entusiasmo y la alegría que motivó al grupo para lograr su propósito.

“Nuestros valores dictan que compartimos lo que tenemos, no lo que nos sobra. Con esa consigna los voluntarios convirtieron su propósito en una obra de amor y logramos impactar con artículos de primera necesidad, alimentos y ropa a 15 familias que realmente necesitaban una luz de esperanza”.

Mónica Anleu, chef instructora de Cemucaf, fue una de las promotoras de la actividad y nos comentó sobre la importancia de multiplicar el valor de la solidaridad y la empatía en los estudiantes.

“Vivir en valores es uno de los propósitos de Fundación Carlos F. Novella y hemos logrado proyectar esa mística en los estudiantes que todos los años, utilizando sus propios recursos y su tiempo, logran compartir un poco de bienestar y alegría con personas que lo necesitan”.

Actos que transforman

Los participantes seleccionaron a familias de diferentes sectores de San Juan Sacatepéquez y comunidades aledañas, realizaron con sus recursos y conocimiento del campo una serie de visitas y cuestionarios para presentar verdaderos estudios socioeconómicos para dar validez a su ejercicio.

Yvonne Losley, una de las participantes del voluntariado, agradeció la oportunidad de servir al prójimo con este tipo de actividades que fortalecen el espíritu de servicio.

Horas que valen oro

En total, los voluntarios trabajaron 86 horas de manera voluntaria para ejecutar el proyecto. Reunieron a 169 donadores que aportaron más de 800 libras de granos básicos y alimentos, además de ropa y artículos de primera necesidad.

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