La infraestructura resiliente se refiere no a la que nunca falla; más bien a la que, habiendo sufrido un evento de daño con causa natural o humana, es capaz de sostener un nivel mínimo de servicio y recuperar su funcionamiento original con tiempo y costo razonables. Esto otorga a los servicios de infraestructura la capacidad de funcionar y satisfacer las necesidades básicas de los usuarios durante y después de un peligro o amenaza natural, razón por la cual invertir en ella es fundamental para los países en desarrollo.
En este episodio del Podcast Progreso, compartimos la experiencia del Ingeniero Ludwin Álvarez, experto en cambio climático y en desarrollo sostenible.
En la conversación, compartió conceptos básicos sobre la infraestructura resiliente y una serie de antecedentes de la situación de infraestructura en América Latina, y la diferencia entre vulnerabilidad y adaptación, concluyendo en el rol de la infraestructura como factor fundamental y base para la generación de resiliencia y la adaptación a los efectos de la variabilidad del clima.
La vulnerabilidad es dinámica y específica según el contexto en dónde se estudie y se rige por la exposición de los humanos, bienes y servicios ante una amenaza y la falta de capacidad de respuesta y adaptación. La interacción entre la vulnerabilidad, la exposición a lo largo del tiempo, y el peligro o amenaza determina el grado de riesgo en el que vive una sociedad, su infraestructura y sus bienes y servicios.
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En ese contexto, el cemento y el concreto juegan un papel determinante, para construir edificaciones seguras, duraderas y resilientes, asegura nuestro experto.
“El concreto juega un papel central como material principal de construcción, especialmente de la infraestructura crítica. Es un material que, por su durabilidad y resistencia, es vital para construir resiliencia en las comunidades”, explica.
A nivel local, este material juega un papel determinante para el desarrollo de las comunidades porque al utilizarlo, se disminuye la huella de carbono que se genera con productos de importación por el transporte marítimo o aéreo.
“Al utilizar concreto local, se disminuye la huella de carbono que generaría este material producido en otras partes del mundo, es por ello que es fundamental para poder adaptarnos y proteger los medios de desarrollo, creando procesos sostenibles, asequibles y locales”.
Nuestro experto asegura que en Guatemala y la región, debemos generar las condiciones para adaptarnos al cambio climático. Para lograrlo debemos generar resiliencia que permita que las sociedades se adapten, por medio de la promoción de la construcción de infraestructura con estándares que garanticen la seguridad y el crecimiento económico de las comunidades, así como su durabilidad y resistencia en el tiempo.
