En las últimas décadas, la variabilidad climática ha sido un tema de preocupación a nivel mundial. De acuerdo a diversos índices de riesgo climático, Guatemala y la región centroamericana ocupan un puesto elevado entre los países más afectados a nivel mundial por este fenómeno.
Juan Ramón Aguilar y Ludwin Álvarez, expertos ambientales de Progreso expusieron sus criterios y puntos de vista sobre el cambio climático y las acciones que la industria realiza para mitigar sus efectos y contribuir a la adaptación de la sociedad por medio de infraestructura resiliente.
En su presentación, Aguilar indicó que en las últimas décadas, los ciclos naturales en la temperatura se han visto afectados por cambios que en ocasiones han conducido a extremos climáticos y meteorológicos en diferentes partes del planeta.
“A pesar de ser un país en desarrollo con una muy baja participación en las emisiones globales, Guatemala cuenta con una industria de materiales de construcción que lleva ya más de tres décadas invirtiendo en investigación, desarrollo e implementación de medidas y proyectos para reducir las emisiones y que los procesos productivos sean cada vez más eficientes y sostenibles, considerando las distintas etapas del ciclo de vida de los productos”, señaló.
Álvarez explicó que, debido a sus características, el concreto es un material que será un pilar fundamental para poder afrontar la crisis climática en los próximos años. Este material contribuirá garantizando la durabilidad y seguridad de la infraestructura elaborada, ya que el concreto es el único material con capacidad de resistir vientos huracanados y de tornados y de soportar los eventos hídricos. Adicionalmente, provee ventajas en cuanto al confort térmico, lo que hace que sea necesaria una menor cantidad de energía para enfriamiento o calefacción en las épocas de temperaturas extremas.
“Además de esto, se debe promover el uso de materiales locales, elaborados de forma responsable con el ambiente, minimizando los impactos ambientales durante el tiempo de vida útil de los proyectos constructivos e incorporando prácticas de economía circular en toda la cadena de valor del material” indicó.
Para el sector de cemento a nivel nacional, regional y global el tema de la variabilidad climática es trascendental desde hace varios años, teniendo nuevas estrategias que buscan ser más eficientes y por ende reducir emisiones de gases de invernadero.
Los expertos explicaron qué Guatemala cuenta con una de las industrias de cemento más verdes del mundo gracias a iniciativas como la sustitución de un porcentaje de las materias primas con elevadas emisiones de CO2, por aditivos minerales bajos en carbono.
En Progreso, el coprocesamiento de desechos sólidos, líquidos y llantas para su revalorización energética es una de las prácticas más representativa que cuidan el ambiente. Además, la empresa implementó sistemas eléctricos de transporte de materia prima para reducir el consumo de combustibles fósiles en transporte terrestre.
Como ejemplo utilizaron el “Ropecon”, sistema instalado en la planta San Gabriel para el transporte de materiales que mide 1 kilómetro y medio de largo, tiene una capacidad instalada de transportar dos mil toneladas de material por hora, ahorrando en el 2021, aproximadamente 22 mil kilómetros mensuales de transporte terrestre.
Además, los expertos comentaron sobre la importancia de instalar plantas de mezclado para producción de concreto en puntos estratégicos, reducir la distancia de transporte del concreto premezclado al punto de uso final y la implementación de metodologías de logística para hacer más eficiente el proceso de distribución y reducir el tiempo de entrega del producto final.
Con estas acciones Guatemala y Progreso, lideran esfuerzos para hacer de la industria regional del cemento aún más eficiente y limpia.
