El ejemplo es uno de los principales motores que impulsan a Roselin para lograr resultados excepcionales en los procesos de optimización que dirige en Planta San Miguel.
Ella sabe que en Progreso se promueve el liderazgo en todos los niveles, proceso que enriquece el trabajo en equipo en términos de solidaridad, el compromiso con las operaciones, el comportamiento ético y el respeto.
“En mi perspectiva, la principal cualidad que debe tener un líder en Progreso es ser genuino, único y consistente en la aplicación de los valores de nuestra agenda de liderazgo dentro y fuera de la organización”.
Y es que la optimización de procesos es la disciplina que adapta continuamente los procesos con el fin de mejorarlos. Para eso se debe hacer un análisis y, así, identificar los puntos deficientes y encontrar las soluciones para perfeccionarlos.
Roselin sabe que el liderazgo se ejerce a través de la ética, manteniendo un comportamiento resiliente y aprendiendo de las experiencias que todos los días se generan dentro de la planta.
El valor del compromiso e integridad, son los pilares de las acciones que emprende el equipo de optimización.
“Un buen liderazgo motiva a encontrar nuevas soluciones más eficientes/eficaces donde se incentive la participación, comunicación y compromiso de todos en hacer cambios que aseguren la competitividad de la empresa a largo plazo”, destaca.
Para Roselin, transcender a través de la genuinidad de los valores Progreso, es el mayor éxito de la empresa y el mayor ejemplo que pueden dar a sus colaboradores.
La eficiencia de una empresa depende de sus procesos. Y es por eso por lo que su optimización es fundamental para alcanzar la competitividad esperada y convertirse en una referencia en el mercado. Sin embargo, este proceso tan importante va de la mano con una serie de valores que garantizan operaciones transparentes y éticas.
