Vivimos una situación excepcional y nuestras rutinas y hábitos están cambiando. Sin embargo esto no tienen que ser negativo y la cocina puede convertirse en el centro de convivencia y aprendizaje de toda la familia. Acá te mostramos cinco razones para todos en el hogar se pongan el delantal y cocinen juntos.
1. Desarrollo del valor de la planificación
Al estar toda la familia involucrada en la preparación de la comida, todos aprenden a planificar el futuro. Así sea una mínima planificación, como ir al supermercado y elegir los alimentos e ingredientes todos formaran parte de algo en común y tendrán una sana rutina.
2. Apertura a nuevos sabores
En casa todos desarrollamos distintos gustos. Compartir la preparación de los alimentos hace que todos aporten ideas y nuevas recetas y esto, puede llevarnos a construir un paladar más amplio para toda la familia.
3. Práctica en matemáticas y química
Sin darse cuenta, los niños estarán aprendiendo y poniendo en práctica los conocimientos del colegio como ¿qué pasa cuando se mezcla agua y aceite? o ¿cuánto es ⅓ de una botella? Las recetas son una buena forma de aprender juntos y de forma divertida.
4. Aumenta la autoestima
A todos nos gusta cuando las cosas nos salen bien y nuestros seres queridos nos felicitan. Ayudar en la cocina nos hace partícipes del plato final y, cuando los comensales se deleiten con la comida, toda la familia sentirá una sensación de logro y superación inolvidable.
5. Mejoramos la apreciación de la comida hecha en casa
A veces olvidamos el valor y el esfuerzo que requiere cocinar diariamente. Involucrarse en familia aumentará significativamente el valor de la comida, pero también, desarrollará un mejor vínculo de comunicación, colaboración y fraternidad familiar.
