El valor del docente

Quizá ya perdiste la paciencia con los niños que están en casa y ahora te das cuenta del valor que tiene esa persona llamada “maestro”, que con paciencia y amor desempeña la función elemental de formación y guía.

El valor del docente no solo se adquiere en base a la experiencia de los años, de las enseñanzas y de la formación en las escuelas y universidades. Lograr orientar y formar a los estudiantes, es y será una forma única y especial de servir socialmente con amor y fe. Ser maestro no es fácil y ser padres tampoco; pero tenerles paciencia y tolerancia a los niños o adolescentes ayudará en su formación y en su buen desarrollo.

No olvidemos que la escuela es la continuidad de nuestro hogar, es de cierta forma, la segunda casa de los niños y jóvenes, por ello, el vínculo que se crea entre el alumno y el maestro puede ser tan fuerte y tan determinante para la formación que inclusive los padres y maestros cada vez trabajan más de la mano para mejorar el proceso de formación de los estudiantes.

Es importante señalar que, además de enseñar el maestro educa y forma, y que gracias a su vocación apoya a los estudiantes fomentando valores y ayudándoles con su ejemplo, a ser mejores personas y ciudadanos.