Mi intención es compartir con ustedes las sutilezas de esta balanza, en especial durante los últimos años de cambios en Progreso y en especial cómo el trabajo híbrido ha redefinido mi percepción de lo que muchos definen es el éxito y la productividad, especialmente para las mujeres de nuestra generación.
Las mujeres de generaciones pasadas en Guatemala, incluidas nuestras madres y abuelas, conocían un solo lado de la vida: el trabajo duro. Mi madre es un gran ejemplo de esto, trabajando como “gerente de compras” en un Ingenio reconocido en Guatemala por más de 45 años, y digo “trabajando” porque hasta la fecha su rutina inicia a las 4:30 a.m. para viajar al departamento de Escuintla y su regreso a la ciudad se da a las 7:30 p.m., esto para mí y mi hermana ha sido un gran ejemplo de compromiso, lealtad y disciplina.
Como ella, hay tantas mujeres que han dedicado largas horas lejos de sus familias, trabajando arduamente para garantizar la supervivencia y la comodidad de sus seres queridos. Para tantas mujeres como mi madre, sus días se caracterizan por horarios prolongados y el raro lujo del tiempo libre.
Sin embargo, ellas prosperaron y se convirtieron en símbolos de resiliencia y determinación que dieron forma a los valores que ahora gobiernan la nación. Mi mamá es y ha sido siempre mi héroe, y he buscado replicar su ejemplo y ser lo que ella es para mí, yo ser más para mis hijas.
Hoy en día puedo decir que he trascendido, no porque trabaje menos o por que la carga de trabajo ha disminuido, sino porque el propio trabajo ha cambiado. Los avances tecnológicos y los acontecimientos mundiales tales como la pandemia han dado paso a nuevas modalidades de trabajo, redefiniendo roles profesionales.
Con la llegada del trabajo híbrido, un sistema en el que los días laborales se dividen entre trabajo remoto y oficina, se ha tenido un profundo efecto positivo en el paradigma del equilibrio entre la vida laboral y personal. Este enfoque de flexibilidad, ha desbloqueado un inmenso potencial no sólo en mi vida, permitiéndome armonizar mis ambiciones profesionales con mis roles personales, pudiendo participar en importantes proyectos de la organización, asesorar a mis clientes y, al mismo tiempo, estar más presente en la vida de mis queridas hijas, atendiendo sus necesidades académicas, emocionales y administración de mi hogar.
El éxito a menudo se cree es la dedicación incansable a la carrera profesional, lo que tradicionalmente a veces implica sacrificar la vida personal. Sin embargo, con el trabajo híbrido, se ha redefinido el concepto de lo que es un profesional exitoso y productivo logrando una armonía entre ambas. Actualmente, ya no se trata de elegir entre el trabajo y la familia, sino de integrarlos armónicamente.
Me ilusiona saber, que al honrar el bienestar en el trabajo, estamos moldeando una nueva narrativa para las mujeres de nuestra generación: una narrativa de equilibrio, éxito y cosechar armonía para las futuras generaciones. Gracias Progreso por generar bienestar y desarrollo en mi vida.
