Revista Granito de Arena

Un llamado a la reflexión

Un llamado a la reflexión fundacion carlos f novella

¿Estamos trabajando el respeto y la tolerancia en nuestra casa? ¿en nuestra oficina? ¿en nuestro barrio?, esa es la pregunta que quiero dejarles como reflexión en estos tiempos que tanto se necesita ser tolerantes.

Con el Covid-19 los científicos son claros en advertir las consecuencias de la exposición, el comportamiento del virus en el sistema inmune, las medidas de prevención y precaución necesarias para mitigar la pandemia. Pero sigue quedando una huella, sigue quedando un enemigo y entre todos el más despiadado mal: La intolerancia.
Expresiones raciales salen a flote en los últimos años alrededor del mundo, quizás ahora no son antisemitas (contra los judíos), pero sí contra los afrodescendientes. “I can breath” gritaba George Floyd, siendo asfixiado por la fuerza de la intolerancia representada en policías.

“Black lives matter”, insisten miles de protestas alrededor del mundo y Guatemala es uno de los países que en redes sociales también se pronunció; en Estados Unidos ahora la consigna es: “No justice no peace”.

Sucede que semanas posteriores, y con una fuerza aún más brutal “B’anu ‘Sil’al” “La’in in’ka ni naw” gritaba Domingo Choc, siendo quemado vivo por la misma fuerza de la intolerancia, ahora representada en vecinos; pocos pronunciamientos en redes sociales y ningún ruido internacional.

Recuerdo en los primeros días de pandemia, gente abarrotando los supermercados, cuando en el mercado de San Juan Sacatepéquez una viejita cayó desmayada y alrededor de ella, estaba nuevamente ese enemigo: La intolerancia.

Trascender para seguir


Es momento de trascender el Covid-19, y analizar para poner en perspectiva el caso de George Floyd y Domingo Choc. Nos llama la atención esta “normalización de la violencia” ¿qué tipo de sociedad somos? ¿qué tipo de humanos somos?

Hay que reconocer que “Sin justicia no hay paz” y entender que, éste, es un proceso que nos hace atravesar el doloroso camino del reconocimiento.

Reconocer que probablemente somos una sociedad intolerante, indolente, y que normaliza la violencia o que no la quiere reconocer.

Quiero con estas palabras, que hagamos un análisis y una profunda reflexión acerca de nuestro comportamiento como guatemaltecos.

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